martes, 29 de diciembre de 2009

…Y Wendy creció

Nueva recomendación (la última de este año) con nueva “frase mágica”, ésta sacada de la novela Peter Pan de J. M. Barrie. Sin embargo, la novela que recomiendo esta vez no tiene nada que ver con Peter Pan salvo el hecho de que es la novela favorita de una de las protagonistas de mi recomendación: El mismo mar de todos los veranos (1978), ópera prima de Esther Tusquets (directora de la editorial que lleva su apellido y de la editorial Lumen) que conforma una trilogía con El amor es un juego solitario (1979) y Varada tras el último naufragio (1980). La primera, escrita cuando la autora ya tenía cuarenta y dos años, recibió en su momento una excelente acogida, por su uso del lenguaje y por considerarse la primera novela “amoral” escrita en mucho tiempo en la literatura española.

La historia, que tiene lugar en Barcelona en los 70, cuenta la historia de Elia (que hasta hace pocas ediciones no tenía nombre), una treintañera de la alta sociedad barcelonesa. Morena, bajita, feúcha y mediocre, Elia siempre se ha sentido incomprendida tanto por su madre como por su hija (ambas rubias, altas, guapas y triunfadoras), por lo que tras la enésima infidelidad y el abandono de su marido Julio, Elia se refugia en su trabajo como catedrática de Literatura y se reencuentra con el amor y el deseo donde menos lo esperaba: Clara, una estudiante colombiana fumadora empedernida…

mismomar

Es posible que alguno de vosotros esté pensando que este libro sea una novela erótica de contenido lésbico, pero mi respuesta es no. Sí es cierto que tiene su carga de erotismo, eso no lo puedo negar, pero no se sumerge completamente en el género. En realidad se trata de literatura femenina, género surgido en el mundo anglosajón y en el francófono en la segunda mitad del siglo pasado y que llegó a España tras el franquismo. Las autoras de este movimiento (como Elaine Showalter o Hélène Cixous, entre muchas otras) propugnaban que hasta el momento la literatura había sido un dominio prácticamente exclusivo de hombres y proponían una nueva literatura en la que se tuviese más en cuenta a la mujeres, sus inquietudes y en definitiva su forma de ser y sentir. (Se nota que lo he sacado de mis apuntes de clase, ¿verdad? Como que las explicaciones de mi profesora de Literatura Universal me entusiasmaron tanto que en cuanto empecé las pasadas vacaciones de verano fui enseguida a la biblioteca a buscar esta novela).

Volviendo al libro, éste se encuadra perfectamente en este movimiento de la literatura femenina, también llamada Écriture féminine (Cixous) o Le parler femme (Luce Irigaray): Elia vive rodeada de una familia que no la entiende, no se esfuerza por entenderla ni le permiten expresar sus sentimientos; se siente frustrada ante ello, y por ese motivo el amor de Clara, la única que comprende sus sentimientos y su situación, es su mayor consuelo para ella. Justamente por eso me gusta tanto la pareja protagonista: por su tierna relación ya no sólo amorosa, sino también de comprensión y amistad. Porque para ser amante de una persona, primero hay que ser su amigo.

En definitiva, queridos Rebeldes, después de haber convertido mi recomendación en un comentario de texto/lección de literatura/lección de psicología barata (porque consideraba necesario poneros en contexto), sólo me queda deciros que si buscáis algo distinto que leer, que juegue con el lenguaje como si hiciera malabarismos con las palabras y que tenga por único principio la búsqueda de la felicidad, este libro os gustará.

Hasta la próxima página,

La Rebelde de los Libros

miércoles, 9 de diciembre de 2009

La Guerra iguala a los hombres como la Muerte

Ya sé que no he podido mantener la promesa que hice en el aniversario, pero este curso parece que estaré tan atareada como el anterior, así que no es de extrañar, queridos Rebeldes, que escriba la segunda entrada tras el aniversario después de dos meses de silencio.

Respecto al título de la entrada, ésa es la conclusión a la que se puede llegar después de leer La enfermera de Brunete, novela de Manuel Maristany. Esta novela se la regalé a mi madre por el pasado Día de la Madre, ya que ella había oído cómo la recomendaban por la radio, y después de ella me la leí yo, luego mi padre y ahora creo que se lo está leyendo una amiga de mi madre. En definitiva, un “suma y sigue” literario en toda regla.

La novela, cuya trama tiene lugar poco antes y durante la Guerra Civil Española, relata la historia de los Montcada, una familia de condes catalanes que lo pierden todo al estallar la guerra. Dispuesto a defender su país y a recuperar el honor perdido, el hijo mayor, Javier, ingresa en el cuerpo de los Requetés y se convierte en un valeroso alférez. Pero la guerra le guarda muchas más sorpresas y reveses de las que pensaba…

enfermera

Por enésima vez, debo darle las gracias a mi madre, pero esta vez por escuchar la radio y estar atenta a los libros que mencionan en las emisoras, pues esta genial novela describe vívidamente la época, los personajes y sus sentimientos. Mis personajes favoritos han sido la bondadosa Soledad (duquesa de Simancas y enfermera voluntaria que da título al libro), la misteriosa “Dama de la Fontana” (doña Elisenda de Montcada, antepasada decimonónica retratada por Goya cuyo fantasma aún vaga por el jardín) y la sufrida Blanca, hermana menor de Javier. Precisamente éste ha sido uno de los que menos me han gustado por su mala costumbre de ir de cama en cama, pero en el fondo lo compadezco de corazón. Al fin y al cabo, el dinero tal vez ayude a tener una situación mejor y posesiones más lujosas, pero no garantiza la propia protección personal de ninguna forma.

Para terminar, sólo me queda recomendar esta novela a aquellas personas no sólo interesadas en el conflicto que dividió a España en dos (y aún lo hace), sino también a quienes deseen conocer la otra perspectiva de la Guerra Civil: la de los ricos, especialmente en Cataluña, que fueron perseguidos y salvajemente asesinados por los soldados republicanos. De todas formas, en todas las guerras sólo hay víctimas y verdugos, por ambos bandos por igual.

Hasta la próxima página,

La Rebelde de los Libros