sábado, 23 de noviembre de 2013

Especial Otoño 2013: Siempre hay una segunda oportunidad para el amor

Llegamos al final del Especial Otoño 2013 con Persuasión (Persuasion, 1818), última novela conclusa de Jane Austen y publicada póstumamente. Jane, ya entrada en años para su época y enferma (pues falleció antes de cumplir 42 años), termina su obra literaria con una obra de tono más pesimista y reflexivo que las otras y con una protagonista que ya no es una jovencita, sino una mujer de veintisiete años.

La protagonista de Persuasión es Anne Elliot, segunda hija de un barón viudo y narcisista, con una hermana mayor (Elizabeth) igual que el padre y una hermana menor casada (Mary) que siempre está llamando la atención. Ocho años atrás, Anne estuvo enamorada de Frederick Wentworth, un joven marino sin fortuna ni posición que le pidió matrimonio, pero ella le rechazó por consejo de Lady Russell, una amiga de la familia Elliot y una figura materna para la tímida y apocada Anne (siempre que leo el argumento, pienso que esta novela podría haberse titulado perfectamente con el concepto contrario, Disuasión).

Pasado el tiempo, la pareja se reencuentra en circunstancias muy distintas, pues el barón y sus hijas están en números rojos y Frederick se ha convertido en un rico capitán. Anne le sigue amando como el primer día, pero él no parece dispuesto a perdonar…

persuasion

La edición que he leído incluye no sólo la novela, sino también un capítulo final alternativo (no hay demasiada diferencia) y además Sanditon, la novela que Jane Austen no pudo terminar (algunas autoras modernas han recogido el testigo y la han completado).

La historia de Persuasión (que Jane iba a titular The Elliots) es posiblemente la novela más moderna de Jane Austen justamente por ser la protagonista una mujer otoñal que ha desperdiciado su juventud por un mal consejo (sí, lady Russell tenía toda la buena intención del mundo, pero también disuadió a Anne de aceptar a Frederick llevada por su propio orgullo de casta) y a la que todos sus parientes cercanos ningunean o hieren bien adrede, bien sin querer. Para ser exactos, las personas que la tratan con más amabilidad y afecto son los Musgrove (la familia política de Mary) y el matrimonio Croft (la hermana y el cuñado de Frederick).

Esta novela ha sido una de las que más me han gustado de Jane Austen; si tuviese que hacer un ranking, creo que ocuparía el segundo puesto (es que Elizabeth y Darcy son Elizabeth y Darcy…) ya no sólo por el tono, sino también por la temática de las segundas oportunidades (no sólo lo digo por Anne y Frederick, sino también por otro personaje más que no voy a nombrar por no hacer spoilers). Por otro lado, en esta novela se empiezan a escuchar ecos de un incipiente Romanticismo a través de las conversaciones literarias de Anne con el melancólico capitán Benwick, gran aficionado (igual que Marianne Dashwood) a las obras de Walter Scott y a otros autores del momento.

Bueno, para terminar con estas entradas (que no con Jane Austen, porque volveremos a verla dentro de poco) con una nota especial, se me ha ocurrido darle un toque musical al asunto con un vídeo que encontré hace tiempo por Youtube y del que me enamoré perdidamente. ¡Que lo disfrutéis!

El vídeo posee fragmentos de versiones de Mansfield Park, Persuasión y La abadía de Northanger. Todo ello acompañado de una canción instrumental maravillosa.

Hasta la próxima página,

La Rebelde de los Libros

domingo, 3 de noviembre de 2013

Especial Otoño 2013: El corazón no es un juguete

Y es que Emma Woodhouse, protagonista de Emma (1815), es tan bienintencionada como todas las heroínas austenianas, pero también está muy mimada, y puede llegar a ser un tanto desconsiderada y egoísta con sus allegados, y en especial con los que tiene más cerca.

Emma, de veintiún años de edad, es huérfana de madre desde muy pequeña, y se ha criado con una institutriz, la señorita Taylor, a la que adora. Pero cuando Emma es adulta, la señorita Taylor se casa y se marcha, lo que le hace sentirse bastante sola (su hermana mayor ya es madre de familia y vive en Londres, y su padre ya está mayor y es hipocondríaco). Un tanto pagada de sí misma y con unas fuertes ínfulas de casamentera, Emma se hace amiga y protectora de Harriet Smith, una joven pobre y muy maleable a la que decide buscarle un buen marido. Nuestra heroína se mete de lleno en la tarea de buscar a alguien que ocupe el corazón de su amiga y la haga feliz, lo que hace que incurra en un sinfín de equívocos y malentendidos y, lo que es igual de importante, que se olvide de su propio corazón…

emma

Cuando Jane Austen empezó a escribir Emma, declaró que iba a crear una heroína que, salvo a ella misma, no gustaría mucho. Pero se equivocó, ya que Emma también cuenta con una legión de admiradores gracias a su alegría de vivir y su corazón noble y bienintencionado. Su carácter y su comportamiento se deben, probablemente, al hecho de que goza de buena posición económico-social (es la única heroína austeniana sin problemas de dinero) y de que es muy querida y admirada en su comunidad, lo que le hace pensar que su vida es perfecta y que todos merecen tener una vida tan estupenda como la suya. Pero, como ya sabemos, la perfección no existe.

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(Cartel de la película homónima de 1996, ganadora del Óscar a la Mejor Banda Sonora. Totalmente recomendable)

Emma es, quizás, la novela en la que vemos una mayor interacción entre la protagonista y la sociedad que la rodea; uno de los estudiosos a los que cité en mi Trabajo de Fin de Máster afirmaba que Emma no es Emma sin Highbury (la región en la que vive), y Highbury no es Highbury sin Emma. De hecho, es la única heroína que no sale de viaje, sino que vive inmersa en su cuasi-idílica sociedad campestre y en las relaciones que mantiene con sus miembros (fiestas, visitas, obras de caridad para los pobres…). Entre los miembros de la sociedad de Highbury, hay que destacar por encima de todos a George Knightley, el vecino más cercano a Emma y la eterna voz de la razón (es él quien siempre pronuncia la frase “Te lo dije, Emma” cada vez que ella mete la pata), pero no hay que olvidar al señor Woodhouse (bondadoso e hipocondríaco a más no poder) o a la señorita Bates (que puede parecer algo pesada, pero acaba por inspirar verdadera compasión al lector cuando se ve claramente su situación en la vida).

Ya casi hemos terminado con este Especial Otoño 2013, y espero que estéis disfrutando con las novelas de Jane Austen que he recomendado hasta ahora. La historia de Emma Woodhouse y sus embrollos es la más optimista y alegre de todas las novelas de Jane Austen, y estoy segura de que os gustará tanto como las demás novelas. Además, seguro que querréis saber qué pasará al final con Emma y con Harriet…

Hasta la próxima página,

La Rebelde de los Libros