jueves, 23 de junio de 2011

De cuando hay que sacar conocimientos de donde no se tienen

Esto es lo que se ve obligado a hacer Zorbas, el felino protagonista de Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar (1996), de Luis Sepúlveda. Recibí este libro como regalo de Navidad, ya que hacía tiempo que deseaba leerlo desde que vi su adaptación cinematográfica animada (fui al preestreno), hace ya mucho, mucho tiempo.

La historia tiene lugar enteramente en Hamburgo y, como ya he dicho, el protagonista es Zorbas, un gato “grande, negro y gordo” nacido en el puerto de dicha ciudad. Un día, se encuentra con una joven gaviota, manchada de petróleo y agonizante, que antes de morir le pide que cuide de su huevo y del futuro polluelo y que, cuando crezca, le enseñe a volar. Zorbas jura que lo hará, pero, aunque cuenta con la ayuda de otros gatos amigos suyos, no lo tendrá nada fácil…

historiagg

Portada de la edición que leí (2010); las portadas e ilustraciones interiores, obra de Miles Hyman, no han cambiado desde que se publicó este libro.

gaviotaygato

Cartel de la película (La gabanella e il gatto, 1998), dirigida por el italiano Enzo d’Alò.

Sepúlveda define este libro como “una novela para jóvenes de 8 a 88 años”, y considero que no podría haber mejor descripción, pues los temas de la propia superación, la amistad, la relación hombre-naturaleza (en especial la contaminación) conciernen al género humano (o al menos deberían hacerlo) a cualquier edad. Me encanta Zorbas, que ya desde pequeñito demuestra unos férreos principios (es enternecedora la escena con sus hermanitos y su madre), aunque también los otros personajes también están bien.

La película también está bien, aunque se omiten un par de personajes (como el antipático chimpancé Matías) y se da mayor relevancia a las ratas, que se convierten en las antagonistas del filme. Sin embargo, en ningún momento se pierden los múltiples mensajes de la narración, y para mí es lo más importante.

Sin duda, ya que comenzamos las vacaciones, este libro es una estupenda opción para empezar con las lecturas veraniegas y también una buena manera de comenzar a concienciar a los más pequeños en el cuidado y conservación de la naturaleza.

Hasta la próxima página,

La Rebelde de los Libros