miércoles, 26 de febrero de 2014

La venganza es un plato que se sirve… hermoso

Al menos, ésta es la conclusión que se puede sacar después de leer Segunda Oportunidad (The Ugly Duckling, 2000), de la estadounidense Iris Johansen. Vi este libro hace un montón de años en el catálogo de Círculo de Lectores, pero aún era muy pequeña para leer una novela como ésta. Sin embargo, ahora que soy una mujer hecha y derecha, he podido leerla y disfrutar de ella.

Vayamos a lo que nos interesa: la protagonista es Nell Calder, casada con un rico ejecutivo y madre de una niña. Nell siempre se ha sabido fea, pero hace años que no le importa, porque vive por y para su marido y su adorada pequeña. Sin embargo, la familia es atacada durante una fiesta; el marido y la hija de Nell son asesinados y ella queda completamente desfigurada. Sin embargo, con la ayuda de lo último en cirugía estética, y sobre todo el apoyo del agente secreto Nicholas Tanek, Nell renacerá como una belleza despampanante dispuesta a todo por vengarse…

segundaoportunidad

Como ya indiqué al principio de la entrada, llevaba años detrás de esta novela, y por fin he podido hacerme con ella. A lo largo de la mayor parte del libro, vemos una metamorfosis profunda, tanto física como espiritual, en el personaje principal, que pasa de ser un patito tímido y medroso a un cisne implacable. Nell, reconvertida en la bella y valerosa Eve Billings, dejará atrás su anterior personalidad para aprender todo lo que le hará falta para enfrentarse a los que le destrozaron la vida.

La galería de personajes es amplia y diversa, entre protagonistas atormentados y villanos refinados que viven la buena vida. Mi personaje favorito, aparte de Nell, ha sido Tania, con su alegría de vivir y su optimismo (sobre todo teniendo en cuenta su pasado en Bosnia). En cuanto a los antagonistas, me quedo con el sadismo de Maritz, una mala bestia con una afición desmedida por matar y hacer daño, y a la que no le gusta que sus presas se le escapen.

Si alguna vez os encontráis con esta trepidante novela, os advierto que no podréis soltarla mientras os queden líneas por leer. No os la perdáis, porque merece la pena saber qué harán Nell y Nicholas para lograr sus fines.

Hasta la próxima página,

La Rebelde de los Libros

lunes, 17 de febrero de 2014

A veces, las barreras están para saltárselas

¡Hola, Rebeldes! Aunque sea con más de un mes de retraso, os felicito hoy el año nuevo, cosa que no he podido hacer antes porque se me han juntado la vuelta a clase, la gripe, las prácticas del Máster y la gripe (sí, dos veces en lo que va de año…).

Pero en fin, este nuevo año está lleno de oportunidades de escribir varias recomendaciones. Para empezar, el libro que hoy nos ocupa es uno de los que más me han gustado en estos últimos años: la ópera prima de la estadounidense Kathryn Stockett, Criadas y señoras (The Help; 2010). Lo vi en el catálogo de Círculo de Lectores, y pensé que tenía buena pinta, por lo que me dije a mí misma: “Éste cae”. Con lo que no contaba era con el exitazo que tendría el libro gracias al tradicional sistema del boca-oreja, y más aún con su estupenda adaptación a la gran pantalla (la sala del cine estaba llena a reventar, y eso que era de las pequeñitas).

Pero antes de hablar de esta historia, primero quiero presentaros a las tres protagonistas.

  • Aibileen Clark: Una criada negra que ha cuidado de diecisiete niños blancos y ha visto morir a su propio hijo en un accidente laboral. Ahora se ocupa de la pequeña Mae Mobley Leefolt, de dos añitos de edad, y a la que adora.
  • Eugenia Phelan, alias “Skeeter”: Joven blanca recién licenciada en la universidad. Idealista y de firmes principios, sueña con convertirse en una gran escritora, mientras que su madre sueña con verla bien casada y establecida.
  • Minny Jackson: De puertas para afuera, una criada negra deslenguada y bravucona, capaz de aguantar carros y carretas. De puertas para adentro, una madre de familia atemorizada por los maltratos de su marido.

Muy bien, sigamos. La trama de la historia se desarrolla en Jackson (Misisipi), en los años sesenta. Skeeter vuelve a casa tras acabar sus estudios, y descubre que Constantine, la criada negra que la cuidó, ha desaparecido y nadie, sobre todo su madre, quiere hablar de ella. Mientras que Aibileen trata de educar en la igualdad y en la falta de prejuicios a su niña, Minny se las ha de ver tanto con su antigua jefa, la racista y malévola Hilly Holbrook, como con la nueva, la torpe y simpática Celia Foote. A todo esto hemos de añadirle que Skeeter busca inspiración para su primer libro, y se le ocurre investigar en la relación entre las criadas negras y las señoritas blancas…

criadasyseñoras

(Portada de la primera edición en español. No he logrado encontrar la de Círculo)

Esta novela llegó a mi vida como un soplo de aire fresco. No sólo trata de una historia de tensiones y diferencias entre dos grupos por motivos raciales y económicos; sino que también es una historia de conflictos generacionales (principalmente, entre Skeeter y su madre) y de pareja, de secretos (a mí me rompió el corazón el secreto de los rosales de Celia) y de mentiras. Y ya que hablamos de corazones rotos, tengo que citar un extracto de un diálogo que me impactó profundamente, ya que por esas fechas había perdido a un pariente muy querido por culpa de esa maldita enfermedad llamada cáncer (tranquilos, he hecho las modificaciones pertinentes para no reventar nada a nadie):

“[…] Ya he visto esto antes. A veces, se tiene un repentino resurgir de fuerzas. Supongo que es un regalo de Dios, que les concede un poco más de tiempo para que puedan resolver sus asuntos pendientes. Pero eso es todo, cariño. No esperes mucho más.”

Por otra parte, a pesar de todo lo bueno que he contado, el libro también tiene sus faltas, pues la autora no sólo profundiza apenas en los conflictos racistas graves, sino que se olvida de una parte importante de la vida de las criadas negras en esta época: los abusos sexuales que sufrieron por parte de los hombres blancos; de hecho, el tema aparece mencionado muy de pasada, sólo cuando una chica le cuenta a Skeeter lo que le hizo su jefe. Pero en fin, nada ni nadie es perfecto.

Estoy segura de que queréis empezar el año con muy buen pie, así que si tenéis dudas sobre qué libro elegir para sobrellevar las frías tardes invernales, éste es una estupenda opción.

Hasta la próxima página,

La Rebelde de los Libros