martes, 12 de enero de 2010

Saltando de casilla en casilla

Primero que nada me gustaría desearos un Feliz Año 2010, que espero que esté plagado de nuevas lecturas y que Papá Noel o los Reyes Magos o todos a la vez os hayan traído mucho material de papel y letras, a vosotros y a los vuestros.

En cuanto al título de la entrada, como ya os podréis imaginar, queridos Rebeldes, hace referencia al juego infantil que titula mi primera recomendación de este año: Rayuela, del argentino Julio Cortázar. Escrita en 1963, Rayuela posee un estilo muy variado a lo largo de sus capítulos, hasta el punto de llegar al surrealismo, aún poco dado por aquel entonces, en ciertas partes.

Supongo que algunos ya sabréis que esta novela es muy conocida porque puede leerse casi en cualquier orden, si bien el autor propone leerse la obra en dos órdenes: bien del capítulo 1 al 75 omitiendo el último bloque (catalogado como “capítulos prescindibles”), o bien otro distinto que recorre todos los capítulos en un orden en el que se alternan capítulos de los tres bloques del libro. Por desgracia, en la biblioteca sólo me daban diez días de préstamo (lo saqué junto con El mismo mar…), y tuve que conformarme con el primer orden de lectura.

Rayuela, dividida en tres bloques de capítulos (Del lado de acá, Del lado de allá y De otros lados) trata la historia del hosco y culto Horacio Oliveira, un argentino de cuarenta años que vive en París, y la tierna y despistada  Lucía, apodada “La Maga”, una uruguaya que viajó a la ciudad para abortar pero decidió quedarse con el bebé. Durante las noches parisinas, Oliveira y la Maga se reúnen con sus amigos del llamado “Club de la Serpiente” y entablan con ellos discusiones más que interesantes sobre el arte en la vida y viceversa.

rayuela

Personalmente, creo que podría haber disfrutado este libro más tranquilamente si no hubiera estado tan pendiente de la fecha de devolución y si no lo hubiera sacado con el otro. De todas formas, la novela me gustó bastante, y me permitió conocer muchos grandes nombres del jazz y la pintura moderna que no había oído nunca, y por supuesto las conversaciones también me gustaron mucho. Respecto a mis personajes favoritos, me quedo con la Maga, siempre sensible y cariñosa hasta con el tosco Oliveira, que, en mi opinión, hace más bien poco para merecer su afecto.

En definitiva, tenemos aquí una obra maestra literaria que merece ser paladeada despacio, mejor aún si puede ser acompañada de algo de jazz. Y ya que Cortázar nos ofrece una nutrida lista de artistas entre las páginas de su obra, qué menos que buscarlos y catar su música.

Hasta la próxima página,

La Rebelde de los Libros