¡Saludos, queridos Rebeldes! Lo prometido es deuda, así que hoy os traigo una entrada dedicada a otra novela de Julia Barrett. Esta vez, la autora retoma la trama y los personajes de Sentido y sensibilidad para su segunda novela: La tercera hermana (The Third Sister: A Continuation of Jane Austen’s Sense and Sensibility; 1996).
Como se puede deducir del título del libro, la protagonista es Margaret Dashwood, la hermana menor de Elinor y Marianne. Tres años después del final de la novela original, Margaret Dashwood es una inteligente joven de diecisiete años que vive con su madre tras los matrimonios de sus hermanas mayores. Al haber sido testigo de los sufrimientos de Marianne por culpa de Willoughby, Margaret ha aprendido a desconfiar de los jóvenes atentos y galantes como él, por lo que trata con frialdad al apuesto militar franco-inglés William du Plessy, hijo de una dama con la que traba amistad, y se muestra afectuosa con el tímido George Osborne, primo de Edward Ferrars. Sin embargo, es posible que las malas experiencias del pasado la conduzcan a un juicio erróneo…
Me topé con esta novela por primera vez hace muchos años, hojeando un catálogo de compras por correspondencia de un primo mío, pero no la relacioné con Jane Austen (era aún bastante pequeña y ni siquiera había oído el nombre de esta autora) y no tardé mucho en olvidarla. Años después, la redescubrí junto con Presunción y las devoré gustosamente.
En cuanto al libro en sí, Barrett ha creado una obra de lo más interesante, aunque se tome alguna licencia con el libro original que no ha gustado mucho a las fans; por ejemplo, para meter en escena a George Osborne, la autora hace que la señora Ferrars desherede a sus dos hijos y convierte a su sobrino en el futuro administrador de sus bienes. Pero en fin, en mi opinión tampoco es un crimen.
Los personajes originales de la obra se mantienen fieles a cómo los creó Jane Austen (así, vemos que la señora Jennings o los Middleton siguen siendo tan desconsiderados y metomentodos como siempre), mientras que los nuevos están bien perfilados (incluida la propia Margaret, a la que Barrett ha convertido en una inteligente joven que posee el punto exacto de buen juicio entre la sensatez de Elinor y el sentimentalismo de Marianne). Asimismo, otro detalle que es necesario destacar es el lenguaje de la obra, muy fiel a cómo escribía nuestra querida Jane (aunque por desgracia esto es algo que no se ve en el texto traducido…).
Para terminar, solo me queda decir de La tercera hermana que es una muy buena opción para aquellos que busquen una novela amena, fiel al espíritu austeniano, y para aquellos que desean saber cómo habría podido seguir la historia de las Dashwood y, sobre todo, qué habría sido de la pequeña Margaret si hubiésemos podido verla convertida en una joven dama.
Hasta la próxima página,
La Rebelde de los Libros