lunes, 28 de junio de 2010

Especial Verano 2010 (I): Mumú

Lo prometido es deuda, queridos Rebeldes. He aquí la primera obra que figurará en esta tanda especial: Mumú (1990), de la cubana Hilda Perera. Este libro llegó a mi vida cuando tenía unos seis años, ya que nos mandaron leérnoslo en clase (ya sabéis, el famoso libro de lectura con cuadernillo incluido para que mejorase nuestra comprensión lectora), y desde entonces sigue aquí, en mi vida y en mi corazón.

Mumú cuenta la historia de una cría de elefante, desde su nacimiento hasta la madurez. Destinado a convertirse en el jefe de su manada, Mumú deberá pasar por un aprendizaje largo y complicado en la bella y peligrosa sabana africana, pero los depredadores de la sabana no supondrán ni mucho menos el mayor de los peligros…

mumu

Recomiendo firmemente esta novela a cualquier niño a partir de la edad en la que di con ella. Describe bastante bien la vida de los elefantes, si bien la autora se toma algunas libertades (como el hecho de que la manada esté gobernada por un macho dominante y no por la hembra más anciana o el hecho de situar un tigre en África). Pero bueno, Mumú es una novela estupenda para infundir en los más pequeños el amor por la naturaleza y la admiración por esos inteligentísimos animales que son los elefantes.

Finalmente, debo contar una anécdota sobre la portada del libro: cuando nos mandaron leérnoslo, mi madre me compró un ejemplar con una portada distinta (con tapas duras azules y una sobrecubierta con una de las ilustraciones interiores del libro a todo color; las demás son en negro y amarillo). Pues bien, primero yo no quería aquel libro porque era distinto a los otros, y luego mis compañeros se negaban a admitir que mi libro era el mismo que los suyos hasta que les demostraba que el texto era idéntico (y claro, después mi libro les encantaba porque era el más bonito). Ahora quiero muchísimo ese libro, y desde ese momento aprendí una valiosa, aunque muy conocida, lección: no hay que juzgar un libro por su portada.

Hasta la próxima página,

La Rebelde de los Libros

miércoles, 23 de junio de 2010

¡Especial Verano 2010!

Queridos Rebeldes:

Escribo esta entrada para anunciar que este verano voy a publicar, junto con las recomendaciones pendientes en la sección “Futuras Recomendaciones”, una tanda especial de entradas dedicadas a literatura infantil y juvenil. Estas entradas especiales tratan, mayoritariamente, los libros que leí en mi infancia y aún conservo con gran cariño (algunos de ellos incluso firmados por sus autores).

Considero que es necesario inspirar el amor a la lectura a edad muy temprana, pues los libros aportan conocimientos, nuevas formas de ver la vida y valores humanos (además de enseñarles los rudimentos mínimos de la gramática y la ortografía), y en cuanto a los lectores ya crecidos, espero que las recomendaciones literarias sean de su agrado y hagan que se unan (o no se desunan del todo) a la Rebeldía.

Procuraré publicar las entradas con la mayor frecuencia posible, ya que voy a tener bastantes compromisos durante el verano.

Hasta la próxima página,

La Rebelde de los Libros

martes, 22 de junio de 2010

Cuerpo de hombre, voz de mujer

Me imagino que no es difícil adivinar a quiénes me refiero con el título de la entrada. Y si alguno ha pensado en los castrati (plural de castrato), lo felicito por su perspicacia, ya que justamente ése es el tema de mi primera recomendación de las vacaciones: Canto castrato (1984), de César Aira. Me compré este libro el verano pasado, pues muchos años atrás había leído una crítica muy buena de él en Círculo de Lectores (aunque, francamente, me sorprendió que el libro fuese tan antiguo).

Supongo que la existencia del castrato es algo de cultura general, pero por si hubiese alguien que no recuerda o no sabe quiénes eran los castrati, aquí viene una definición: un castrato era un cantante de ópera al que se le extirpaban los testículos antes de la pubertad para que no se le cambiase la voz e interpretase papeles femeninos (aún estaba mal vista la participación de verdaderas mujeres en el escenario). Algunos llegaron a ser muy famosos, como por ejemplo Carlo Broschi, bien conocido como “Farinelli”.

Pues bien, Canto castrato nos traslada a la Europa del siglo XVIII, período de la Ilustración, los despotismos ilustrados y el espionaje en mensajes cifrados en las arias operísticas. El Micchino es un castrato de voz prodigiosa que tuvo su momento de gloria, pero se ha retirado de los escenarios y ahora convive con su curiosa y extravagante troupe: el jorobado Pierre, la anciana y excéntrica modista Hildeeve, dos castrati aprendices y otros. Un día, un viejo amigo del Micchino, herr Augustus Klette, vuelve a su vida para pedirle que vuelva al mundo de la ópera. Pero antes el Micchino deberá salvar a Amanda, hija de Klette, de las garras de su pérfido marido…

cantocastrato

Muchos coinciden en que esta novela supone un descanso en medio de tanta mediocridad, pues está desprovista de tópicos y vulgaridades. Por mi parte, les doy la razón por completo. La narración es a veces un poco recargada (no olvidemos que los estilos artísticos de la época eran el Rococó, principalmente, y el Neoclasicismo), pero su estilo es pura poesía, etéreo y transportador como la propia música, y los personajes parecen sacados del género operístico (y por este motivo no soy capaz de quedarme con uno favorito; todos tienen algo que los hace especiales).

En definitiva, Canto castrato es una novela no sólo bien documentada (cosa que valoro mucho), sino que envuelve al lector y lo traslada hasta el período dieciochesco. Así que ni que decir tiene que no hay mejor forma de saborear esta novela que con una buena sesión operística.

Hasta la próxima página,

La Rebelde de los Libros

miércoles, 2 de junio de 2010

Cupido tienta con miel y envenena con hiel

Ésa es la conclusión podría sacarse de la lectura de la antología El amor o algo así. Seis relatos en torno al primer amor (2000). Este libro, que conseguí como regalo junto con un pedido de Círculo de Lectores (creo que fue porque mi madre llevaba bastantes años como socia), es una pequeña colección de relatos cortos escritos por autores actuales bastante conocidos en España. Como indica el nombre de la obra, tratan el tema de ese primer amor inolvidable y agridulce que llega con una gran dulzura y se marcha dejando una gran amargura en el corazón.

El panamá es un sombrero (Care Santos) trata la historia de Aina, una chica de diecisiete años que durante un verano con sus padres en la finca familiar recibe la visita de su primo Ferrán, de treinta y cinco años, que llega desde Estados Unidos. Aina queda tan embobada como sus padres ante la riqueza y el encanto de su primo, pero no tarda en descubrir que “lo perfecto siempre es sospechoso”…

Pronóstico reservado (Miguel Mena) cuenta la historia de Carlos, que tiene un accidente de coche con su familia y despierta cuando una chica le hace el boca a boca. Enamorado de esa chica misteriosa, se dedicará a buscarla desesperadamente. Mientras, el excesivo sentido del deber de Inés Casanova, agente de la Guardia Civil, la enfrenta a un proceso por arrestar al hermano del alcalde…

Lolita (Gemma Lienas) es una excelente versión libérrima de la novela de Vladimir Nabokov, ambientada en la Rambla de Barcelona. El pequeño Patapalo, de nueve años de edad, le cuenta a un policía la historia de Lola, la preciosa y tímida niña nueva de su clase. Sin embargo, Patapalo no es el único atraído por la belleza de Lola…

elamoroalgoasi

Los gemelos tristes (Francisco M. Marín) está protagonizada por Mariona, una chica alegre y vivaracha que escribe artículos en el periódico de su instituto. Un día llegan dos guapos chicos nuevos, Rubén y Raúl, y Mariona y su amiga Eva enseguida se enamoran de ellos, pero los gemelos esconden un terrible secreto…

Enlared.com (Ángela Vallvey) es tal vez el más divertido de los seis relatos. Manu Janés tiene diecisiete años y se ha enamorado por Internet de un chico mayor que ella. Pero durante una clase, mientras le enseña la foto del chico a su amiga Lena, ésta le rompe la ilusión: el enamorado de Manu le ha enviado la foto de un actor…

Dos tardes con Beatriz de Sousa (Antón Castro) se desarrolla en Galicia los años setenta. Eduardo Soneira evoca su pandilla de amigos de la adolescencia y entre ellos Beatriz de Sousa, por la que al principio sólo siente aversión por su aspecto desaliñado y su desinhibición, pero sus sentimientos pronto cambiarán a la vez que la conoce poco a poco…

Los autores de estos relatos realmente consiguen lo que pretenden con estos relatos, que es reflejar esa alegría, esperanza y obsesión del primer amor que de buenas a primeras se apaga por la decepción (unas veces el amado no es lo que parece, está con otra persona o se interponen toda clase de circunstancias) y la consecuente tristeza, pero también ese recuerdo imborrable. Me gustan todos los relatos menos el segundo y el sexto. Del primero me encanta el personaje de Aina y la “frase mágica” que he mencionado anteriormente; del tercero, la gran inocencia de Patapalo (pese al ambiente que le rodea); del cuarto, la alegría vital de Mariona (y la ternura de Rubén y Raúl); y del quinto, su final abierto (deja mucho a la imaginación del lector) y la desternillante lista de motes de los compañeros varones de Manu.

En fin, sobra decir que esta antología de relatos (la portada mostrada no es la de la edición que leí; me ha sido imposible encontrarla), que poseo desde hace varios años y que deseaba recomendar desde hacía tiempo, está totalmente pensada para adolescentes de ambos sexos. Y ya que se acercan el verano, las vacaciones y las amistades y amores de verano, considero que este libro es perfecto para esta época.

Hasta la próxima página,

La Rebelde de los Libros