En primer lugar, sé que no tengo perdón por no haber colgado ni una miserable entrada en todo lo que llevamos de año, pero es que este curso he estado atareadísima, y no he tenido tiempo más que de comenzar este borrador que por fin publico hoy.
En cuanto a la pregunta del título de la entrada, se debe al título de la novela que voy a recomendaros hoy: La elegancia del erizo (L'élégance du hérisson), de la escritora francesa Muriel Barbery, que también ejerce como profesora de Filosofía (y esto se nota muchísimo en su novela). Esta novela me la regalaron hace ya tiempo, por Navidades, y aunque la recomiendo hoy, en su momento tardé sólo unos pocos días en leérmela, pues es fabulosa.
La historia tiene lugar en París en la época actual, en el número 7 de la calle Grenelle, y cuenta con dos estupendas protagonistas femeninas. Por un lado, está Renée Michel, la portera del edificio, una viuda de cincuenta y cuatro años que ostenta una increíble cultura que se ocupa de ocultar por todos los medios a los residentes del inmueble para no llamar su atención. Para ello, comete de forma premeditada numerosas incorrecciones en el habla y pone la olla hasta arriba de comida y la televisión a todo volumen para que la gente se la imagine apoltronada en la butaca con su gato Léon en los brazos, viendo telebasura mientras se prepara el almuerzo, cuando en realidad lo que hace es leer y leer sin parar y de vez en cuando ver películas antiguas, en especial cine antiguo japonés.
Por otro lado, tenemos a Paloma Josse, una inteligentísima niña de doce años a la que le ha tocado vivir en una familia tan adinerada como superficial y egocéntrica. En una casa (y en el edificio en general) en la que cada uno va a lo suyo y nadie ve más allá de sus narices, Paloma es una pequeña filósofa, también aficionada a la cultura japonesa (incluso se apunta a clases de japonés en su colegio como optativa), que escribe haikus sobre su vida y se expresa en agudos escritos sobre el mundo que la rodea.
A lo largo de la novela, Renée y Paloma se expresan en sus respectivos mundos hasta la llegada de un nuevo y misterioso vecino, el señor Kakuro Ozu, que será quien propicie con su presencia el encuentro de tan singulares almas gemelas.
Este libro, simple y llanamente, me encantó. Hacía tiempo que no me encontraba con una novela tan buena, divertida y a la vez reflexiva y meditativa. El trío protagonista (Renée, Paloma y el señor Ozu) se ha ganado mi corazón, y si no fuera porque a lo mejor terminaba a la escasa altura mental de Colombe (hermana mayor universitaria y mema de Paloma), no me importaría tener a las dos primeras respectivamente de abuela y de hermana menor. Y por supuesto, al señor Ozu de abuelo.
En fin, si queréis saber por qué Renée se comporta de dicha manera, qué será de Paloma y su familia y cuáles son los secretos del señor Ozu, os recomiendo que os leáis este genial libro del que ya están rodando una película (esperemos de corazón que salga algo medianamente decente).
Hasta la próxima página,
La Rebelde de los Libros
No hay comentarios:
Publicar un comentario