…que la luz no vea mis oscuros y profundos deseos:
el ojo le hace un guiño a la mano; que así sea
lo que el ojo teme, cuando está hecho, ver.
Estos versos pertenecen a una conocidísima obra teatral de Shakespeare. Pero antes de indicar a qué obra pertenecen (así dejo tiempo a mis lectores para adivinar de dónde salen), debo hablaros de la novela en la que aparecen citados, Ambición (Kingdom Come; 2006) del estadounidense Tim Green, que es una versión moderna de dicha obra.
En cuanto a los que tengan un conocimiento más o menos elemental del material shakesperiano, seguro que el argumento de este libro les refrescará la memoria: el protagonista es Thane Coder, uno de los socios de la empresa King Corporation. Thane vive una vida regalada y llena de lujos junto a su adorada esposa, Jessica, y el hijo de ambos. La pareja sueña con que Thane se convierta en el nuevo presidente de la empresa cuando James King, presidente de King Corp., se jubile. Pero éste elige a su hijo, Scott, como sucesor, y Thane, espoleado por Jessica, apartará de su camino a cuantos traten de oponerse a él…
Creo que a estas alturas la mayoría, si no todos, sabrán ya que este libro se basa en Macbeth. No sólo el nombre del protagonista de Ambición recuerda fónicamente a uno de los títulos nobiliarios de Macbeth (Thane of Cawdor), sino que ambos, secundados por sus respectivas esposas, aspiran a ser reyes (uno en sentido figurado y otro literalmente) y no vacilarán en recurrir a las peores tretas para conseguirlo. En efecto, a lo largo de este libro se sucederán los contactos con mafiosos, chantajes, complots e incluso Jessica tendrá que conceder favores sexuales a algún que otro capo para ayudar a Thane. Como reza la cita de Macbeth, la pareja se sumirá en los chanchullos más turbios y oscuros, huyendo de la luz y la justicia, con tal de salir adelante.
El estilo de la novela es dinámico, vibrante y efectista. A lo largo de la novela se alternan dos tipos de capítulos; por un lado, unos capítulos en los que Thane, en el tiempo presente, conversa con un visitante (no diré quién ni, sobre todo, en qué circunstancias) sobre sus recuerdos y otros en los que se narra la historia de forma omnisciente.
Ambición es, en resumen, una estupenda adaptación a nuestro tiempo de las pasiones que desencadenan la tragedia de Macbeth: la avaricia desmedida, las envidias, la traición… Tim Green, consumado autor de novelas de intriga, ha sabido sacar partido de la obra de Shakespeare, dándole además su toque personal (de hecho, los personajes secundarios de su libro tienen los nombres de amigos suyos). Sin embargo, os recomiendo que os busquéis una edición que no sea de Círculo de Lectores; desde que vi la palabra kingfisher traducida como “rey pescador” en lugar de “martín pescador”, estoy algo mosqueada con la editorial.
Hasta la próxima página,
La Rebelde de los Libros
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