¡Hola, Rebeldes! En primer lugar, os pido perdón por todo este tiempo de silencio absoluto; reconozco con vergüenza que he descuidado mucho el blog y que he perdido credibilidad ante vuestros ojos. Además, se me han acumulado demasiado las recomendaciones, pero todo ello se debe a que he tenido mucho que hacer todo este tiempo (no, casi ni en verano he tenido paz), y me temo que la temporada otoño-invierno se presume igual de atareada. Mis más sinceras disculpas.
Dicho esto, pasemos a la recomendación de hoy. El título de esta entrada se debe a la conclusión que he sacado tras leer Las afinidades electivas (Die Wahlverwandtschaften), escrita por Wolfgang von Goethe en 1809. Es la primera obra de madurez del escritor alemán, y se enmarca, literariamente, en el Romanticismo; históricamente, en una época en la que los intelectuales comienzan a cuestionarse temas antes intocables, como la indisolubilidad del matrimonio; el divorcio, aunque todavía algo marginal, comenzaba a darse en las clases altas y, poco a poco, se haría cada vez más frecuente.
En resumidas cuentas, tenemos aquí la historia de Charlotte y Eduard; en su juventud, estuvieron locamente enamorados, pero las circunstancias los obligaron a contraer matrimonio y tener hijos con otras personas. Tras enviudar de sus respectivas parejas, los dos consiguieron casarse el uno con el otro, ya en su madurez y con la pasión adolescente convertida en un cariño amistoso, y cohabitan felizmente en una mansión rural cerca de Weimar. Pero la llegada del capitán Otto (amigo de Eduard) y la de Ottilie (sobrina de Charlotte) pondrá a prueba la solidez de la unión entre ambos…
Este libro toma su título de un fenómeno químico que aparece mencionado en el libro; se trata de la tendencia de ciertos elementos a repeler otros y a atraer o a sentirse atraídos por elementos diferentes (si alguien ha recordado lo de los polos opuestos y los polos iguales, sí, más o menos es eso). Con una prosa admirable, embriagadora, Goethe reflexiona sobre la naturaleza de las relaciones humanas en la época que he mencionado y en especial sobre los fundamentos de la unión marital. Como si se tratase de un experimento científico-sociológico grabado con cámaras, el autor describe detalladamente cada sentimiento, cada opinión, cada conflicto moral. De este modo, vemos los esfuerzos de Charlotte por mantener todo en orden en su matrimonio; al romántico y caprichoso Eduard infantilmente enamorado de su sobrina, y la tristeza de esta última, un ser incomprendido que se divide entre su corazón y su sentido de la ética.
Las afinidades electivas, como cualquier otra obra de Goethe, no deja indiferente a nadie, ni por su contenido ni por su forma. Por este motivo, os recomiendo que, si la encontráis en la librería o la biblioteca, no dejéis que se la lleve otro.
Hasta la próxima página,
La Rebelde de los Libros
1 comentario:
¡Dichosos los ojos! Nos has tenido más de un año en vilo, ya era hora de que te dejases caer por la blogosfera.
La afinidades electivas lo leí hace ya demasiado tiempo por un trabajo de clase como para opinar y, como Goethe no es precisamente santo de mi devoción, no creo que vuelva a leerlo. Lamentablemente no tengo mucho más que decir de esta entrada u-u
Pero espero con ansia tu propia recomendación. A ver si algún día me encuentro con alguna lectura "reciente" y puedo participar más activamente ;D
¡Y no vuelvas a tardar tanto!
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