…Y luego está Lamberto Peñaranda, protagonista de ¡¡¡Lambertooo!!! (1989), de Jordi Serra i Fabra. Este libro llegó a mi vida como una de tantas lecturas obligatorias para las vacaciones de verano, y me desternillé con la historia del protagonista. Y eso es porque Lamberto, a sus diez años, pertenece a esa clase de personas que parecen destinadas a estar siempre metiendo la pata. Sobre todo cuanto mejores (o menos malas) son sus intenciones.
Todo empieza el primer día de las vacaciones de Navidad; al estropearse el televisor, Lamberto se aburre, y para entretenerse comienza a leer un libro sobre la vida de san Francisco de Asís. Inspirado por la bondad y generosidad del santo, Lamberto se propone cambiar de vida a partir de ese momento y hacer todo lo posible por ayudar a los demás, empezando por su familia. Dejo las consecuencias a vuestra imaginación…
Tenemos aquí un libro que, a pesar de su cuarto de siglo de vida (que se dice pronto), trata temas de siempre, asuntos cotidianos, y todo ello desde la perspectiva de un niño que mira las vidas de los que le rodean y quiere echarles una mano: las aspiraciones y ambiciones de Fede, su hermano mayor, que sueña con ser jugador profesional de voleibol; el “mal de amores” de Lidia, su otra hermana, o las peleas de sus padres. De hecho, hasta hay una crítica a la pobreza infantil, encarnada en Mariano, un niño mendigo del que Lamberto se hace amigo (otra cosa muy distinta es cómo acaba esa amistad…).
En su momento, el libro me pareció tronchante por los problemas en los que se mete el protagonista. Ahora, visto en perspectiva, lo cierto es que Lamberto me da lástima, porque todo lo hace con la mejor intención del mundo, pero acaba montando un follón que supera con creces todos los líos en los que se ha metido hasta el momento.
En fin, si queréis pasar una tarde entretenida y saber en qué acaban las buenas intenciones de Lamberto Peñaranda, buscad este libro y lo descubriréis. Sólo os digo una cosa: el título de este libro está plenamente justificado.
Hasta la próxima página,
La Rebelde de los Libros