Lo prometido es deuda, queridos Rebeldes. He aquí la primera obra que figurará en esta tanda especial: Mumú (1990), de la cubana Hilda Perera. Este libro llegó a mi vida cuando tenía unos seis años, ya que nos mandaron leérnoslo en clase (ya sabéis, el famoso libro de lectura con cuadernillo incluido para que mejorase nuestra comprensión lectora), y desde entonces sigue aquí, en mi vida y en mi corazón.
Mumú cuenta la historia de una cría de elefante, desde su nacimiento hasta la madurez. Destinado a convertirse en el jefe de su manada, Mumú deberá pasar por un aprendizaje largo y complicado en la bella y peligrosa sabana africana, pero los depredadores de la sabana no supondrán ni mucho menos el mayor de los peligros…
Recomiendo firmemente esta novela a cualquier niño a partir de la edad en la que di con ella. Describe bastante bien la vida de los elefantes, si bien la autora se toma algunas libertades (como el hecho de que la manada esté gobernada por un macho dominante y no por la hembra más anciana o el hecho de situar un tigre en África). Pero bueno, Mumú es una novela estupenda para infundir en los más pequeños el amor por la naturaleza y la admiración por esos inteligentísimos animales que son los elefantes.
Finalmente, debo contar una anécdota sobre la portada del libro: cuando nos mandaron leérnoslo, mi madre me compró un ejemplar con una portada distinta (con tapas duras azules y una sobrecubierta con una de las ilustraciones interiores del libro a todo color; las demás son en negro y amarillo). Pues bien, primero yo no quería aquel libro porque era distinto a los otros, y luego mis compañeros se negaban a admitir que mi libro era el mismo que los suyos hasta que les demostraba que el texto era idéntico (y claro, después mi libro les encantaba porque era el más bonito). Ahora quiero muchísimo ese libro, y desde ese momento aprendí una valiosa, aunque muy conocida, lección: no hay que juzgar un libro por su portada.
Hasta la próxima página,
La Rebelde de los Libros
1 comentario:
¡Mumú!
Es la primera vez que actualizas con un libro que ya he leído. Y ha tenido que ser precisamente con Mumú, uno de mis favoritos durante la primaria.
A mi también me mandaron leer Mumú en el colegio (creo que con siete años, en segundo)y he de decir que me encantó, lo solo porque siempre he sido una enamorada de los animales, sino también por la dulzura con la que está escrito.
Algo que no suele ocurrir en la literatura infantil es que el protagonista crezca a lo largo de la obra, la trama suele desarrollarse en un espacio de tiempo bastante corto (como mucho un curso escolar). Sin embargo, Mumú pertenece al primer grupo, cosa que valoré positivamente desde el primer momento. Siempre me ha gustado ver como los personajes van cambiando y madurando.
Personalmente no opino que Hilda pretendiese instruir a los niños en lo que a la vida de los elefantes se refiere (de hecho, me atrevería a decir que casi todo es invención, pero quizás me equivoque).
Por cierto ¿dice explícitamente que la historia se desarrolla en la sabana africana? Porque hasta ahora estaba completamente convencida de que Mumú era un elefante asiático. No solo por el tigre. Si no recuerdo mal, las elefantas de la historia tampoco tenían colmillos grandes como los de los machos, entre otras cosas... Pero vamos, tampoco lo recuerdo bien y no es que sea un punto importante.
Bueno, ahí dejo esta superparrafada. Es que me he emocionado al ver a Mumú.
A ver si puedo volver a comentar pronto (no me gusta dar mi opinión sobre algo que no conozco realmente.
Publicar un comentario